La diferencia entre
un genio y un mediocre esta en los ideales de cada individuo. La mediocridad se
define “como una ausencia de características personales que permiten distinguir
al individuo en su sociedad”.
Basándonos en esta
definición presentamos 10 puntos que separan a una persona superior de una
mediocre.
1. La personalidad siempre debe ser natural.
“La personalidad
individual comienza en el punto preciso donde cada uno sé deferencia de los
demás”. Vivimos en un mundo en donde diariamente se nos “bombardea” con
imágenes que nos venden una actitud, una moda, incluso una filosofía o forma de
vida. Con estas imágenes es difícil no confundirse, pero el hombre superior
tiene su personalidad bien definida, es única e irrepetible. En otras palabras,
nuestras características personales siempre nos deben diferenciar y no
catalogar. “La psicología de los hombres mediocres caracterízarse por un rasgo
común: la incapacidad de concebir una perfección, de formarse un ideal”.
2. Tener ideales y tenerlos bien definidos.
“La mediocridad es una incapacidad de los
ideales” Este punto en particular ya había sido abordado en este blog. Un
individuo que tiene sus ideales bien definidos siempre busca la constante
preparación, la constante superación y la constante perfección para lograr esas
metas que se ha trazado. “El hombre sin ideales hace del arte un oficio, de la
ciencia un comercio, de la filosofía un instrumento, de la virtud una empresa,
de la caridad una fiesta, del placer un sensualismo ”.
3. No temer al cambio.
Hace algunos días
recibí un comentario que me entristeció un poco; “ el mexicano tiene, por
cultura, dos elementos que no le van a permitir el cambio…Individualismo y el
Miedo”. Para el hombre mediocre “todas las cosas han sido siempre así y
seguirán siéndolo, desde la tierra que pisa hasta el rebaño que apacienta”. Con
lo anterior no quiero decir que la persona que me hizo el cometario sea un
mediocre, pero siempre debemos creer que podemos lograr un cambio, sin importar
lo difícil que parezca.
4. Dejar huella en el tiempo.
Buscar que nuestras
acciones, nuestros logros y metas trasciendan en el tiempo, es decir; que
“dejen huella” en una, miles o millones de personas, en un amigo, un grupo de
trabajo o una nación completa. La gloria es para pocos, es para los genios, es
para los que buscar trascender más allá de su tiempo de vida, para los que
entienden que el ser humano forma parte de una colectividad y por esa razón
buscan una obra que impacte y aporte algo a la humanidad. “La medida social del
hombre está en la duración de sus obras: la inmortalidad es privilegio de
quienes las hacen supervivientes a los siglos y por ellas se mide”.
5. No creernos dueños de una verdad universal.
Nunca cerrarnos a
aprender o creernos dueños de una verdad universal. La realidad es que podemos
aprender de cada situación, y más importante aún, de cada persona, no importa
si es un importante doctor o el taxista que nos lleva a nuestro destino. Desde mi
particular punto de vista, la definición de José Ingenieros sobre vivir, es una
belleza; Vivir es aprender, para ignorar menos; es amar, para vincularnos a una
parte mayor de la humanidad; es admirar, para compartir las excelencias de la
naturaleza y de los hombres… Muchos nacen; Pocos viven”. Nuestra hambre por
aprender debe ser,entonces, insaciable.
6. Conocer nuestras fortalezas y reconocer nuestras
debilidades.
“Ningún Hombre es
excepcional en todas sus aptitudes”. Este punto se relaciona mucho con él número
cinco, al reconocer nuestras debilidades entendemos que somos parte de una
colectividad y el talento de un individuo no es mejor que el de otro, es su
complemento. “Sin la sombra ignoraríamos el valor de la luz… admiramos el vuelo
del águila porque conocemos el arrastramiento de la oruga”
7. Nunca tener miedo a equivocarnos o a lo desconocido.
“El horror de lo
desconocido los ata a mil prejuicios, tornándolos timoratos e indecisos: nada
aguijonea su curiosidad”. Cuantas veces detenemos un proyecto o un sueño por el
miedo a fracasar o peor aún, cuantas veces evitamos un cometario por el miedo
de equivocarnos. “Astrónomos hubo que se negaron a mirar el cielo a través del
telescopio, temiendo ver desbaratados sus errores más firmes”.
8. Poseer una opinión propia.
Muy cercano a los
puntos uno, dos y siete: ser poseedores de una opinión propia y no esperar a
escuchar a los demás para poder formarnos un juicio. Escuchar a los demás sin
duda es importante, nos da otra perspectiva, pero cada uno debe tener una
propia. “Pueden llegar a sentir la belleza de un manuscrito que se les lee,
pero no osan declarar en su favor hasta que hayan visto su curso en el mundo y escuchado
la opinión de los presuntos competentes; no arriesgan su voto, quieren ser
llevados por la multitud”.
9. No correr tras el éxito económico.
Cuando Estados
Unidos ganó la Guerra Fría tomó el rol de única potencia hegemónica y aplicó
alrededor del mundo una política sistemática. La gran bandera de este régimen
fue el capitalismo. Este sistema nos vende la idea de que cada individuo puede
ser su propio dios, trabajando con ingenio y esfuerzo se puede alcanzar el
éxito. Por esta razón el dinero, en la gran mayoría de los casos, está ligado
directamente con el éxito personal. Dime cuánto dinero tienes y te diré que tan
exitoso eres. “El hombre mediocre que se aventura en la liza social tiene
apetitos urgentes: el éxito” La pregunta es ¿Por qué quieres ser exitoso? Por
¿el dinero o la aceptación social?
10. No minimizar la opinión de los jóvenes.
Es muy común ver a
personas muy exitosas desprestigiando las ideas de los jóvenes; -No tiene
experiencia, esas ideas no serán aceptadas o, no está mal, pero le falta mucho
para entender como son las cosas en la vida real. “Toda sociedad en decadencia
es propicia a la mediocridad y enemiga de cualquier excelencia individual; por
eso a los jóvenes originales se les cierra el acceso al Gobierno hasta que hayan
perdido su arista propia, esperando que la vejez los nivele, rebajándolos hasta
los modos de pensar y sentir que son comunes a su grupo social”. En verdad en
cambio y el futuro está en los jóvenes, pero no se debe esperar hasta que
pierdan sus ideales para darles una oportunidad.
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